Las Constelaciones familiares y el Desarrollo Humano
Lic. Guadalupe Ramirez Bustos
Las Constelaciones Familiares son una poderosa herramienta para ver y entender el origen
de las experiencias y situaciones que enfrentamos a través de nuestra vida, nos muestran
como son los vínculos con el sistema familiar, organización o institución a la cual
pertenecemos. Ofrecen también una imagen interna que nos propone mayor
responsabilidad en nuestra vida, ya que tiene mayor impacto a quienes tienen el privilegio
de recibirlo.
Mi objetivo es invitarles a compartir esta maravillosa experiencia de uno de los grandes
terapeutas de este siglo
En qué se basan las constelaciones?
Se basa en la teoría de sistemas. Y dentro de ella en el reconocimiento de que los grupos
humanos se rigen por leyes y patrones innatos, a los cuales se agregan todos aquellos que
se van construyendo en la interacción cotidiana dentro de las familias y a sí mismo las
familias construyen leyes y principios que rigen la interacción de sus núcleos con las de
otras familias, llegando a construir las leyes sociales que permitirán un funcionamiento
acorde con las necesidades particulares y grupales.
Este conjunto de leyes naturales, familiares, sociales y espirituales que rigen el
funcionamiento de los núcleos humanos es lo que Bert Hellinger llama los ordenes del
amor. La trasgresión de los órdenes del amor en las interacciones humanas será el origen
de los conflictos y las discordancias internas que pueden llegar a manifestarse como
patologías individuales, familiares, grupales o sociales. La familia es nuestro más
estrecho marco de relaciones. Es un sistema afectivo al que pertenecemos desde que
nacemos y cuyo grado de armonía está en función de factores que muchas veces
desconocemos y de los cuales depende en gran parte nuestro destino.
La terapia de Constelaciones Familiares logra poner de manifiesto esos factores
desconocidos que bloquean el flujo natural de amor y prosperidad en nuestras relaciones,
restableciendo lazos que por una u otra razón quedaron rotos.
Cuando en la familia se restablece un orden, el individuo puede salir de ella. Entonces
siente la fuerza de la familia que le respalda.
Solo cuando la conexión con la familia es reconocida y la responsabilidad se ve con
claridad y se distribuye, el individuo se siente aliviado y puede continuar con sus asuntos
personales, sin nada del pasado pesándole y deteniéndole.”
Todo sistema esta constituido por subsistemas.
Todo sistema es un subsistema de un sistema mayor (suprasistema).
Todo sistema esta constituido por al menos dos componentes (Subsistemas).
Todo sistema es abierto.
Toda acción o modificación de un sistema afecta a los demás sistemas.
Entre más grande sea un sistema su comportamiento y entendimiento es más
complejo.
Todo sistema tiene un objetivo ya sea natural o artificial.
Todo sistema se comporta en forma jerárquica.
Todo sistema se comporta con el modelo de:
Entrada—> Proceso —> Salida.
Desarrollo psicológico
Las fuerzas positivas hacia la salud y el crecimiento son naturales e innatas en el
organismo. Con base en su propia experiencia clínica Rogers concluye que los individuos
tienen la capacidad de experienciar y de saber cuáles son sus propios desajustes. Es decir,
uno puede, experimentar las incongruencias entre el concepto de uno mismo experiencias
reales. Esta capacidad interior está unida a una tendencia fundamental de modificación del
concepto de sí mismo, de manera que, de hecho, se encuentra en armonía con la realidad.
Es esta forma, Rogers plantea un movimiento natural que va del conflicto hacia la
resolución. Considera el ajuste no como un estado estático sino como un proceso por el
cual, el nuevo aprendizaje y las nuevas experiencias, se asimilan con precisión.
Rogers está convencido de que estas tendencias hacia la salud son expedidas por una
relación interpersonal en la cual un miembro está suficientemente libre de incongruencia
para estar en contacto con su propio centro de auto corrección. La tarea principal de la
terapia consiste en establecer una relación verdadera La aceptación de uno mismo es un
prerrequisito indispensable para aceptar a los demás de una manera más fácil y sincera. A
su vez, el hecho de ser aceptado por los demás conduce a un mayor deseo de aceptarse a
uno mismo. Este ciclo de auto corrección y autoperfeccionamiento es el medio más
importante para reducir al mínimo los obstáculos para el desarrollo psicológico.
C onstelaciones Familiares y órdenes del amor en sistemas humanos
Al vincularse entre sí con amor y lealtad, “lo que una generación deja sin resolver, será la
siguiente la que inocentemente e inconsciente trate de resolver lo pendiente, quedando
atrapada en temas o asuntos que no son en realidad de su responsabilidad”.
La principal aportación de Bert Hellinger es la explicitación de los Órdenes del Amor
sostenido en la idea de que el Amor crece y florece dentro de un Orden que da a cada
miembro de la familia o del sistema un lugar de dignidad y respeto. Todos somos
miembros de una familia y estamos ligados por profundos lazos de amor y lealtad. En
muchos casos este amor que nos puede llevar a la felicidad nos puede traer desdicha e
incluso enfermedad.
Bert Hellinger observó, a lo largo de su trabajo con sistemas familiares, las dinámicas que
conllevan identificaciones e implicaciones trágicas de una generación a la siguiente. La
muerte temprana de un miembro de la familia, o cuando alguien fue expulsado u olvidado
o se le negó la pertenencia, o cuando haya injusticias y desequilibrios en el balance del
dar y el tomar, son hechos, entre otros, que pueden tener efectos en las generaciones
posteriores de manera totalmente inconsciente. Se observan dinámicas de seguir a la
muerte a otra persona, o querer morir y llevar cargas en lugar de otros, o expiaciones de
culpas de anteriores, etc.; también, como base de cualquier neurosis se hallan los
movimientos amorosos interrumpidos hacia los padres.
Las Constelaciones familiares nos proveen de recursos para sanar y desarrollar conductas
que nos regresan a la armonía inicial de nuestro ser. Descubriendo la causa del conflicto
personal en el sistema familiar de un modo rápido. Cuando hacemos nuestra constelación
salimos de nuestra condición de víctimas, aprendemos a reconocer el don de la vida que
nos han dado nuestros padres y a honrarla con responsabilidad.
“De esta manera se restablece el orden del amor y se rompe la cadena de destinos
trágicos”.
ECPA medida que el niño crece, persisten los problemas. El desarrollo se entorpece en el
grado en que una persona niega las cosas (inputs) que difieren de su concepto de sí
mismo artificialmente “bueno”. Con miras a sustentar la falsa imagen de sí mismo, una
persona distorsiona constantemente las experiencias, mientras más distorsión haya, mayor
será la oportunidad de cometer errores y de crear problemas adicionales. Las conductas,
los errores y la confusión que se susciten son manifestaciones de las distorsiones iniciales
más fundamentales.
La situación sé retroalimenta a sí misma. Cada experiencia de incongruencia entre el sí
mismo y la realidad conduce a una mayor vulnerabilidad, la cual, a su vez, lleva a buscar
mayores defensas al impedir las experiencias y crear nuevas oportunidades para la
incongruencia.
Algunas veces las maniobras defensivas no operan. La persona se da cuenta de las
evidentes discrepancias entre las conductas y las creencias. Los resultados pueden
traducirse en pánico, ansiedad crónica, retiro e inclusive psicosis. Rogers ha observado que
la conducta psicótica con frecuencia parece ser la representación de un aspecto de la
experiencia que fue negado anteriormente. Perry (1974) corrobora esto mediante el
testimonio de que el episodio psicótico es un desesperado esfuerzo de la personalidad por
volver a equilibrarse y permitir la realización de necesidades y experiencias internas que
estaban frustradas. La terapia centrada en el cliente lucha por establecer una atmósfera
en la cual se puedan eliminar las condiciones de mérito perjudiciales, permitiendo así que
las fuerzas sanas, de la persona, vuelvan a asumir su dominio original. Una persona
recobra la salud al restaurar las partes negadas o reprimidas.
CF La principal aportación de Bert Hellinger es la explicitación de los Órdenes del Amor
sostenido en la idea de que el Amor crece y florece dentro de un Orden que da a cada
miembro de la familia o del sistema un lugar de dignidad y respeto. Todos somos
miembros de una familia y estamos ligados por profundos lazos de amor y lealtad. En
muchos casos este amor que nos puede llevar a la felicidad nos puede traer desdicha e
incluso enfermedad. Existiendo una transmisión transgeneracional de los problemas
familiares que crea una cadena de destinos trágicos.
Todos tenemos heridas en nuestra infancia y adolescencia que nos dejan cicatrices más o
menos dolorosas y que a veces nos han dejado huellas permanentes manifestándose
posteriormente como problemas y hasta enfermedades. Las afecciones se manifiestan a
través de enfermedades inexplicables, depresiones, suicidios o relaciones conflictivas al
interior de la familia.
Una vez encontrado el origen del desequilibrio causante de estos desordenes, el terapeuta
encauza al Sistema Familiar para que cada cual ocupe el lugar y rol que le corresponde,
restableciendo así el orden del amor lo que dota al individuo y a su clan familiar de una
fuerza y energía renovadora que traspasa las fronteras de la comprensión mental y cambia
su percepción y actitud ante cuestiones y situaciones vitales.
Ahí, donde nosotros nos desviamos de un orden, orden del amor, nos vuelve o nos guía de
regreso una enfermedad, teniendo un sentido que nuestra mente no entiende pero que el
alma necesita. Sanamos en familia porque una vez que descubrimos el mismo amor que
llevó a la enfermedad, este se une al conocimiento para buscar otra solución.
Genograma
Existe una mente inconsciente de la familia de las personas, que viaja a través de las
generaciones, y que de manera silenciosa controla muchas de nuestras conductas. Esta
mente de la familia, se puede volver una fuente de motivación inconsciente en biografías
individuales difíciles, relaciones, sentimientos y enfermedades. La mayoría de las familias
tienen secretos y asuntos escondidos. Estos campos familiares subterráneos, dirigen
muchas de nuestras conductas.
Dibujar un árbol genealógico o Genograma es registrar información gráfica sobre los
miembros de la familia y sus relaciones por lo menos durante tres generaciones. Partimos
de la información que se tiene, sin embargo a lo largo del proceso la información comienza
a fluir.
El dibujo del árbol nos proporciona una rápida Gestalt de pautas de funcionamiento y de
relaciones que se repiten o se alternan de generación en generación. La familia es el
sistema primario más poderoso al que pertenecemos. Dentro de este marco terapéutico la
familia comprende toda la red de familiares de al menos tres generaciones. Es una
herramienta que nos proporciona claves muy importantes sobre el sentido de un síntoma
nos posibilita entender qué está conservando o qué está impidiendo o si está protegiendo
algún legado de generaciones pasadas. Nos permite conocer más acerca del consultante y
nos invita a tomar conciencia de cual es el lugar que tiende a ocupar. Investigamos en el
árbol los sucesos familiares críticos, muertes tempranas, enfermedades crónicas,
adicciones, accidentes, divorcios, migraciones. Hechos importantes en la historia familiar
que pudieron haber contribuido a una situación disfuncional actual. Una enfermedad puede
ser una repetición o lealtad invisible familiar e inconsciente. La posición entre los
hermanos, el número que ocupa tiene una particular importancia para la posición
emocional de una persona dentro de la familia. El nombre que lleva puede cargar con un
programa de vida. Cuando se repiten en el árbol los nombres en varias generaciones es
importante hacer conciente los legados de los mismos para no actuarlos
Un hijo que nace cerca de la enfermedad y muerte de un hermano es vulnerable a
convertirse en su reemplazo no tomando la fuerza de su vida en su totalidad. Una persona
puede deprimirse para la misma edad que murió su padre a pesar de no ser consciente.
Estas reacciones se denominan efecto aniversario y se impone e impactan con fuerza. Hay
familias donde se repiten tragedias en estos aniversarios. La fidelidad al árbol gobierna de
manera invisible nuestra vida. El trabajo terapéutico que realizo invita a desafiar y a
realizar lo propio. Argumento de vida Se trata de la ideología de base de una persona
mediante la cual conduce en la vida. Su dinámica es inconsciente aunque se conozca su
estructura. Todos poseemos un argumento de vida, escrito por nuestros padres y/o figuras
sustitutas y una red de co-guionistas, lo que nos hace actores de una obra que no nos
gusta actuar pero que, pareciera, no tenemos otra opción. (1) El argumento de vida está
formado por mandatos que nunca fueron cuestionados y que determinan lo que debo
pensar, imaginar, sentir, decir y actuar. Influye sobre las metas a seguir en esta vida las
cuales no son trascendentes por cuanto están pautadas por ese discurso ajeno que nos
habita. El objetivo base de toda psicoterapia es conocer y reconocer la existencia de este
argumento de vida, cuestionar y desarticular los mandatos de los cuales se tiene
conciencia por la repetición de conductas ineficaces. (1) ARGUMENTO DE VIDA: es un
concepto creado por el fundador del Análisis Transaccional, Dr. Eric Berne.)
Constelaciones Familiares
La estrategia terapéutica que sana heridas a nivel familiar se conoce cómo Constelaciones
Familiares. Fueron creadas por el psicoterapeuta alemán Bert Hellinger y son una
integración de varias orientaciones terapéuticas, que utilizó para crear la estrategia
terapéutica que sana conflictos profundos dentro de los miembros y las generaciones en el
sistema familiar. Según sus propias palabras “CF no es psicoterapia (…) La esencia de este trabajo que no requiere
la presencia de toda la familia es tomar la vida como es. Muchos terapeutas quieren corregir algo. No hacemos eso
aquí”
En este trabajo, los problemas cotidianos no tienen importancia. Muchos comportamientos
actuales de una persona no son explicables desde su situación actual, sino que se
remontan a distintos sucesos en su familia de origen, es decir a vivencias de sus padres o
antepasados más lejanos. Hellinger ha descubierto en muchos años de trabajo
terapéutico, las leyes según las cuales se desarrollan identificaciones e implicaciones
trágicas entre los miembros de una familia, leyes que define como Ordenes del Amor.
Una persona que quiera configurar una constelación en relación a una cuestión
determinada, primeramente refiere su intención.
A continuación elige entre los presentes representantes para aquellas personas que
integran su sistema familiar actual o de origen, incluyendo un representante para sí
misma. Luego las posiciona según su imagen interior en un lugar determinado sin hacer
comentarios. Este proceso se realiza de una manera centrada y silenciosa. A continuación
la persona que consulta se sienta y observa el proceso.
El terapeuta comienza a preguntar a los representantes por sus sensaciones y
sentimientos en sus posiciones concretas. En este caso lo único importante es la
percepción que alguien tiene en el lugar que se le asigna. No se trata de representar un
papel ni de reinterpretar una situación. Esta percepción y el conocimiento profundo de las
dinámicas del sistema guían al terapeuta. A través de varios pasos intermedios, como el
uso de frases curativas o ritos del lenguaje corporal, el terapeuta forma una imagen de
solución en la que todos reciben el lugar correspondiente.
Se eliminan así los desórdenes e implicaciones sistémicas. La necesidad de vinculación y
pertenencia, el equilibrio entre dar y tomar y el orden dentro del sistema son los factores
claves. A veces la persona interesada se integra en el proceso de solución, a veces sólo se
queda observando. Este trabajo alcanza las profundidades del alma y requiere la
cooperación atenta de todo el grupo. Este nuevo ordenamiento permite que vuelva a fluir
el amor en el sistema familiar, poniendo en evidencia así el poder del amor y las fuerzas
que gobiernan los vínculos en la familia.
Nacemos formando parte de una estructura social, la familia, con una conciencia común
que influye a todos sus miembros. Cuando algún componente de sangre o no, ha sido
excluido, menospreciado, olvidado o sufre un destino especialmente trágico (asesinato,
violación, locura, estafa,…) en las siguientes generaciones se producen identificaciones,
implicaciones y condicionantes sistemáticos que tienden a restablecer el equilibrio perdido,
y que pueden manifestarse como trastornos físicos, psíquicos, dificultades de relación en
general, comportamientos conflictivos, adicciones, etc.
“Mas del 50% de los problemas que aparecen en psicoterapias no son problemas propios,
en el sentido de estar basados en experiencias del cliente mismo, sino repeticiones de
suertes ajenas” B. Hellinger
Sólo si un paso sirve para apaciguar todo el sistema, sólo si todos los miembros de la red
relacional tienen una sensación de equilibrio, se puede hablar de un orden bueno. Un
orden que opera desde afuera permanece en la superficie, mientras que un orden que
emana del interior, actúa en lo profundo.
El dolor es un sentimiento que es corto y fuerte, es simple y no requiere de largas
explicaciones. Cuando contactamos con él nos da fuerza y lleva a la acción. Evitar el dolor
nos saca fuerzas, consume mucha energía al servicio de la resistencia y deviene en un
estado de sufrimiento que puede prolongarse toda la vida.
Tenemos la ilusión que aquello que eludimos no existe o no tiene implicaciones graves.
He observado en la clínica que muchas enfermedades graves están al servicio de una
expiación.
La mayor parte del sufrimiento humano consiste en la resistencia autoejercida contra las
circunstancias manifestadas.
Esta resistencia también la expresamos a través de sentimientos secundarios tales como
la rabia, los reproches, la venganza entre otros.
Estos sentimientos son dramáticos y duran mucho tiempo. Sirven para justificar el
problema y que nada cambie. Son sentimientos autocompasivos y pretenden comunicar a
los otros que uno mismo no puede actuar. Tienen connotaciones manipulativas “pretendo
que el otro haga algo por mí”.
En una separación, la ira frecuentemente sustituye el dolor. Estos sentimientos se viven
con ojos cerrados siempre en relación a imágenes interiores que nos mantienen ligados al
pasado.
Algunos sienten una rabia que adoptan de otros y en lugar de éstos. Así, por ejemplo,
cuando en un grupo un participante reprime su propia rabia, al cabo de un tiempo, otro
miembro del grupo se enfurece, en la mayoría de los casos el más débil, que no tenía
ningún motivo para hacerlo. En una familia, este miembro más débil sería un niño. Cuando,
por ejemplo, la madre está resentida con el padre, reprimiendo, sin embargo, su rabia, uno
de los hijos se enfadará con él.
Frecuentemente, el más débil no sólo se convierte en portador de la ira, sino también en
su blanco. Cuando, por ejemplo, un empleado se enfurece con su jefe, reteniendo, sin
embargo, su ira, frecuentemente la dirigirá contra una persona más débil; o cuando un
hombre se enfurece con su mujer, reteniendo, sin embargo, su rabia, en su lugar lo pagará
un hijo.
Muchas veces, la ira no sólo es transferida de un portador a otro, por ejemplo, de la madre
al hijo, sino también se transfiere en su orientación, de una persona fuerte a otra, débil.
En un caso así, una hija no dirige contra el padre la ira adoptada de su madre, sino contra
alguien con el que se siente capaz de enfrentarse, por ejemplo, su propio marido.
Asimismo, en un grupo, la ira adoptada no se dirige contra la persona fuerte a la que
apuntaba en un principio, por ejemplo el coordinador del grupo, sino contra un miembro
débil, que se convierte en chivo expiatorio en lugar de la persona fuerte.
En la ira adoptada, los perpetradores están fuera de sí, sintiéndose fuertes y justificados;
en realidad, sin embargo, actúan con fuerzas ajenas defendiendo derechos ajenos, por lo
que permanecen ineficaces y débiles. También las víctimas de la ira transferida se sienten
fuertes y justificadas al saber que sufren injustamente. Pero también ellos permanecen
débiles, y su sufrir, inútil.
Existe una ira que es virtud y valentía: fuerza concentrada y eficacia alerta, dirigida a lo
necesario, que, con audacia y conocimiento, encara también lo duro y lo poderoso. Sin
embargo, está libre de emoción. Si fuera necesario, también es capaz de hacerle daño al
otro, sin miedo y sin estar enojado con él: agresión como energía pura. Esta ira es el fruto
de una disciplina y un ejercicio de mucho tiempo; quien la tiene, sin embargo, la tiene sin
esfuerzo. Su expresión es el actuar estratégico.
Asentir a la realidad tal como es produce integración e impulso de vida
Constelaciones familiares Dinámicas ocultas
Toda enfermedad refleja el trastorno de un orden. Cada vez que excluimos algo de la
conciencia perdemos el equilibrio de las fuerzas del alma porque incurrimos en una
carencia. El síntoma denuncia una falta, tiene un propósito y sentido e instaura un nuevo
equilibrio.
Bert Hellinger, uno de los terapeutas más originales y creativos del mundo actual,
investigó en su trabajo con “constelaciones familiares” las dinámicas que conducen a
enfermedades graves e implicaciones trágicas en la familia y la red familiar de una
generación a la siguiente.
Estas dinámicas son inconscientes:
I- El deseo de un hijo que quiere seguir a algún miembro muerto de la familia (hermano,
padre, madre).
En este caso la enfermedad puede estar diciendo: “Te sigo” a la muerte, a la enfermedad,
o a tu destino.
II- Cuando un hijo percibe que alguno de sus padres quiere marcharse o morir. En este
caso la enfermedad puede estar diciendo: “Prefiero morir yo antes que tú” o “Prefiero
marcharme yo antes que tu”.
III- La expiación de una culpa personal o no. A veces se concibe como culpa aquello que se
sustrae a toda influencia humana, como un hijo cuya madre muere al darle la vida.
También existe la responsabilidad personal para con otra persona cuando alguien hizo algo
grave. Frecuentemente se pretende reparar dañándose a sí mismo.
Detrás de estas dinámicas hay un profundo sentimiento de amor y lealtad que vincula el
alma de la persona a su familia de origen. Pero este amor es ciego, tiene la creencia que a
través del propio sufrimiento y muerte redime mágicamente a otros miembros del sistema.
Estas metas de amor infantil siguen existiendo en el adulto. La enfermedad le da a la
persona la sensación de pertenencia, una sensación infantil de ser acogido en familia.
También lleva implícito la arrogancia que con mi enfermedad o muerte podría cambiar los
destinos de otrasPersonas, el amor en la familia tanto enferma como sana.
Muchas enfermedades tienen su origen en movimientos interrumpidos hacia los padres.
Hacer consciente donde se interrumpió este amor y sacar a la luz este amor ciego
posibilita que se libere encontrando otra solución.
CF Un amor interrumpido o un movimiento frustrado hacia uno de los padres puede
desequilibrar a todo un sistema familiar; también cuando hubo un miembro de la familia
que murió tempranamente, o cuando alguien fue excluido de la familia o se le negó la
pertenencia a la misma. Frecuentemente las consecuencias de estos sucesos aparecen en
generaciones posteriores causando trastornos e incluso enfermedades en una persona.
Las constelaciones familiares revelan los enredos familiares inconscientes a los que una
persona que consulta se halla sujeta. Esto permite restableciendo los Ordenes del Amor
encontrar caminos para liberarse de los enredos y configurar una imagen de solución, que
libera fuerzas curativas que raras veces se experimentan en psicoterapia con semejante
intensidad.
Relación de pareja
El problema que una persona relata racionalmente no es el problema, ya que si lo fuera y
quisiera resolverlo ya lo hubiera hecho.
Hellinger nos dice que es desde el alma que nos hallamos orientados hacia la relación de
pareja. Y lo hacemos con muchas expectativas: nosotros que nos sentíamos incompletos e
imperfectos, esperamos encontrar en la pareja la plenitud y la perfección.
La relación de pareja, tiene raíces que llegan lejos, al pasado, raíces ancladas en la propia
familia de origen. Dos historias familiares con sus valores y significaciones diferentes que
desean encontrarse en un mismo nivel. La relación se logra, entonces, a través de una
búsqueda de compensación continua entre dar y tomar, unida al amor.
A través de las constelaciones familiares se puede observar de que manera personas que
quizá se aman, se encuentran atadas a las implicaciones transgeneracionales de sus
propias familias y a las lealtades invisibles y que, a pesar de su amor y del deseo de
permanecer juntos, al vivir destinos que no les pertenecen su amor se diluye y la relación
se deteriora.
Al descubrir la dinámica oculta es posible que el mismo amor que nos mantiene atados al
destino de nuestros ancestros, con su sabiduría, se vuelva consciente y nos muestre la
solución con una nueva perspectiva.
Los asuntos no resueltos de nuestros ancestros, las injusticias cometidas dentro del
sistema familiar, así como la violencia política en cualquiera de sus modalidades, afecta la
vida de las y los integrantes de la familia, asegura el psicoterapeuta creador de la técnica
Las Constelaciones Familiares Bert Hellinger,.
El matrimonio
El matrimonio es una relación excepcional; virtualmente es una relación a largo plazo, es
intensa y encierra la posibilidad de un crecimiento y un desarrollo permanentes. Según
Rogers, el matrimonio sigue las mismas reglas generales que son válidas para los grupos
de encuentro, para la terapia y otras relaciones. Los mejores matrimonios se dan entre los
compañeros que son congruentes, que tienen menos condiciones de mérito oponentes y
que son capaces de aceptar sinceramente a los demás. Cuando el matrimonio se utiliza
para mantener la incongruencia o para reforzar las tendencias defensivas existentes, es
menos satisfactorio y hay menos probabilidades de que se mantenga por sí mismo.
Sus conclusiones sobre una relación íntima a largo plazo, como el matrimonio, se
concentran en cuatro elementos básicos: el compromiso progresivo la expresión de los
sentimientos, no aceptar papeles (roles) específicos y la capacidad para compartir la vida
interior. Sintetiza cada elemento como una promesa formal, como un acuerdo sobre el
ideal de una relación permanente, benéfica y significativa.
El Orden de precedencia
En otras palabras, el alma familiar favorece a aquéllos que vinieron primero sobre aquéllos
que vienen después. Esto representa un tercer movimiento u orden natural en el alma
familiar. Alguien que nace está preparado para morir por alguien que vino antes en el
sistema, sacrificando su propia vida en un intento de evitar la muerte de otro miembro de
la familia. O, el miembro posterior de la familia puede estar expiando por la culpa no
resuelta de alguien que vino antes. Una hija puede estar representando a la esposa
anterior de su padre, y comportarse hacia él más como una pareja que como su hija. En tal
caso, ella se convierte en rival de su madre. Si a la primera esposa se la trató mal, la hija
puede asumir los sentimientos de esa mujer hacia sus dos padres.
La solución para la pareja consiste en reconocer las diferencias entre sus familias:
reconocerlas como iguales de valor y de rango y que cada uno se deje enriquecer por la
familia del otro. Este es el arte de vivir en pareja y su mayor dificultad.
Al vincularse entre sí con amor y lealtad, “lo que una generación deja sin resolver, será la
siguiente la que inocentemente e inconsciente trate de resolver lo pendiente, quedando
atrapada en temas o asuntos que no son en realidad de su responsabilidad”.
Lo primero que los padres dan a los hijos es la vida. Con este acto de tan profunda
realización le dan todo lo que tienen. No pueden ni agregar ni restar nada. En esta
consumación del amor el padre y la madre lo dan todo.
Que el hijo tome la vida tal como los padres se la dan sin omitir ni querer eliminar nada es
un orden del amor.
El hijo es sus padres y si asiente a sus padres tal cual como son asiente a la vida que
viene de lejos y a través de ellos. Este tomar le permite sintonizar con la vida y llevar
adelante su desarrollo con todas sus potencialidades traspasando a sus propios hijos
luego lo que tomo.
En cambio quien dice tal cual como son mis padres no los quiero, sustituye el tomar por el
exigir y el reproche, el resultado es que los hijos se sienten vacíos e inactivos y no pueden
estar en paz consigo mismo. El tomar al padre y a la madre es un proceso curativo.
Cuando uno de los padres queda excluido el hijo sólo está a medias, nota la falta y es la
base de la depresión.
Los hijos que piensan que tomando a sus padres en su totalidad asimilarían lo negativo de
ellos pierden sin embargo lo bueno de ellos y no pueden encontrar su propia identidad
quedando unidos en el reproche infantil. Del miedo a hacerse como los padres resulta que
el hijo esta constantemente mirándolos. El desprenderse de los padres y crear lo propio
requiere del finalizar con el reclamo del “me han dado demasiado poco, o aun me deben o
lo que me dieron y en la forma que me lo dieron ha sido equivocado”. De esta manera los
hijos quedan íntimamente ligados a los padres pero de un modo patológico. Ni el hijo
tiene a los padres, ni los padres tienen al hijo. Tiene a los padres delante de sí y el hijo
no puede avanzar. En cambio si los toma los tiene detrás toma su fuerza y puede avanzar
y emprender su camino. La despedida se logra en cuanto tomo todo lo que me dieron y
reconozco a mis padres con sus posibilidades y sus límites.
§ La Tendencia Actualizante
Es definida, en un principio por Rogers como “la capacidad que tiene el ser humano,
latente o manifiesta, de comprenderse a si mismo y de resolver sus problemas de modo
suficiente para lograr la satisfacción y la eficacia necesarias a un funcionamiento
adecuado”. Esta hipótesis es reforzada tiempo después por descubrimientos
provenientes de la biología, la física y la antropología, en los cuales se habla de una
tendencia formativa cósmica (negentropía o sintropía), como tendencia a un orden
creciente desde el caos inicial. Se trata de un orden de evolución hacia un mayor orden
u organización, mayor complejidad y mayor capacidad de interrelación.
Trasladado a lo humano podemos decir que estos conceptos implican comprender, no
solo la tendencia al mantenimiento adaptativo del organismo, sino también al
crecimiento, desarrollo y enriquecimiento progresivo.
Esto no implica ignorar que también existe una tendencia entrópica, al deterioro, y
muerte de lo vivo, pero como nos dice Rogers “el universo construye y crea
permanentemente, además de deteriorar. Este proceso es evidente en el ser humano”.
Considerar esta noción clave en el ECP nos coloca en un espacio de pensamiento
científico, en tanto comprobable por la experimentación. Es además una hipótesis de
que nuestro trabajo no es azaroso, sino que tiene un objetivo y una dirección, el
facilitar que la tendencia actualizante fluya en su sentido creativo.
§ La Escucha Empática
Es la capacidad de entender, comprehender y responder a la experiencia única del
prójimo. Es un modalidad de estar que resulta de sentirse en la experiencia vivida del
otro, colocándose “en los zapatos que el otro calza”, o dicho de otra manera “pretender
ver el mundo del otro con los ojos del otro”. Por lo dicho implica tanto los aspectos
emocionales como los cognitivos del mundo vivido, es decir aquello que circula las
emociones y lo sentimientos o significaciones personales de las mismas.
Por ser resultado de una actitud, no es simplemente una disposición unidireccional
desde el terapeuta hacia el consultante, sino una manera de relacionarse en donde se
propone la empatía vincular. Es entonces un modelo de ida y vuelta, que a modo de
ejercicio terapéutico útil para una mejor comunicación, puede ser trasladado a la vida
cotidiana del consultante, tanto consigo mismo como con los demás.
La escucha empática, para ser terapéutica, debe resultar en respuestas de ese nivel,
siendo esa la tarea de un facilitador ECP. Este debe comunicar a su cliente su
percepción del mundo vivido por este, y a modo de chequeo mutuo de convalidación de
lo percibido y expresado, gestual o verbalmente, desde el encuentro, poder facilitar un
acercamiento comprensivo a si mismo.
Si consideramos la no directividad como posición existencial, la confianza en la posible
expresión de la tendencia actualizante, la escucha y respuesta empática son las
maneras de favorecer este proceso.
§ La Aceptación Positiva Incondicional
Implica aceptar al otro tal cual es en el momento en que se esta ofreciendo la ayuda,
en el encuentro. Rogers nos dijo en la carta anteriormente mencionada: “Una actitud de
importancia para crear un clima de cambio, es la aceptación o estima o valoración
positiva incondicional. Esto significa que cuando el terapeuta experimenta una actitud
positiva, no calificativa, de aceptación hacia cualquier cosa que el paciente es en ese
momento, el movimiento terapéutico o el cambio es más probable”. Lo importante de
esta notificación es el énfasis en la experiencia que se es, y no en lo que se hace. El
terapeuta debe desear, y esto esta en relación con la posición no directiva, que su
consultante esté en plena conexión con sus sentimientos, cualquiera ellos sean –odio,
amor, confusión, resentimiento, miedo, coraje–
Desde una escucha aceptante brindamos un modelo de auto aceptación, el principio de
un camino hacia la transformación personal. Sin embargo para que esta aceptación sea
válida, debe darse en primera instancia en la propia experiencia del profesional de la
ayuda. Se ha demostrado en investigaciones muy rigurosas, que cuando esta actitud es
principalmente experimentada por el terapeuta, mayor es la probabilidad de una terapia
exitosa. Otra manera de decirlo es que cuando podemos estar presentes, desde la
aceptación positiva incondicional, mayor es la posibilidad de acercarse a la experiencia
de que nos pasa con lo que nos pasa. La API nos ayuda a colocarnos en una posición
ingenua, libre de prejuicios y de juicios de valor.
Vale aclarar que aceptar no es lo mismo que aprobar, en tanto lo que se acepta es la
experiencia vivida tal cual es, aunque la conducta sea reprobable desde nuestro marco
valorativo. En síntesis es aceptar lo que el otro siente o experimenta, no lo que hace.
Las emociones
El individuo sano conoce sus sentimientos emocionales, sea que éstos se expresen o no.
Los sentimientos que se ruegan al conocimiento distorsionan la percepción que los
produjo.
Un caso específico es sentir ansiedad sin saber por qué. La ansiedad aparece cuando ha
ocurrido una experiencia que, al permitir su conocimiento, podría amenazar la imagen de
uno mismo. La reacción inconsciente a estas subcepciones (Mc Cleary y Lazarus, 1949)
alerta al organismo contra cualquier posibilidad de peligro y causa cambios
psícofisiológicos. Estas reacciones defensivas son una forma que el organismo tiene para
mantener creencias y conductas incongruentes. Una persona puede actuar sobre tales
subcepciones pero no saber por qué lo hace. Por ejemplo, un hombre podría sentirse
incómodo al ver un grupo de homosexuales descarados. Su propio auto dictamen incluiría
la incomodidad, pero no mencionaría la causa. El no puede aceptar su propia inquietud, su
identidad sexual indefinida o quizá sus esperanzas y temores en relación con la abierta
hostilidad. Distorsionando sus percepciones él puede, a su vez, reaccionar con abierta
hostilidad ante los homosexuales, tratándolos como una amenaza externa en lugar de
aceptar su conflicto interno.
CF Un amor interrumpido o un movimiento frustrado hacia uno de los padres puede
desequilibrar a todo un sistema familiar; también cuando hubo un miembro de la familia
que murió tempranamente, o cuando alguien fue excluido de la familia o se le negó la
pertenencia a la misma. Frecuentemente las consecuencias de estos sucesos aparecen en
generaciones posteriores causando trastornos e incluso enfermedades en una persona.
Las constelaciones familiares revelan los enredos familiares inconscientes a los que una
persona que consulta se halla sujeta. Esto permite restableciendo los Ordenes del Amor
encontrar caminos para liberarse de los enredos y configurar una imagen de solución, que
libera fuerzas curativas que raras veces se experimentan en psicoterapia con semejante
intensidad.
Valores fundamentales del desarrollo humano:
a) Empatía como la habilidad de comprender la experiencia interna de la otra persona y
ser capaz de comunicar esa comprensión.
b) Congruencia: La experiencia integrada en la persona: del pensamiento, sentimiento,
sensaciones, deseos, intenciones y conductas que se manifiestan y concretan en la
interacción.
c) Aceptación incondicional: Reconocimiento y valoración afectiva a la totalidad de la
persona frente a nosotros: existe y es única e irrepetible.
Actitudes que fueron muy trabajadas por el Enfoque Centrado en la Persona ideado por
Carl Rogers y siendo la dinámica de las Constelaciones: Un proceso en donde están
presentes las mismas clasificaciones, ya que se considera igualmente al ser humano como
una totalidad: Bio. Psico. Social. Trascendente. Se hace énfasis en lo Social (familiar
intergeneracional) y Trascendente (que va más allá y abarca mucho más que al individuo y
la experiencia personal).
Los valores mismos de Desarrollo Humano: Empatía, Congruencia y Aceptación
incondicional son los que organizan y orientan el nuevo y genuino orden en la interacción
humana, en la persona y en la familia (en lo interno y en lo externo) son sumamente
importantes en el proceso de Constelaciones; son valores que favorecen la comprensión y
dirección de un nuevo orden interior y exterior del ser humano.
a) La Empatía como capacidad y habilidad para comprender la experiencia interna familiar
y social de la persona. Se promueve, reconoce y valora como excepcionalmente importante
en todo el proceso de la Constelación familiar, ya que las personas que participan en la
dinámica familiar intergeneracional son capaces de: a través de esa dinámica de empatía,
comunicar esa experiencia familiar al cliente con la cual, él es capaz de comprender y
organizar el orden que lo lleva a una buena solución personal del problema. Partiendo de
la realidad conocida, experimentada y comunicada .a través de la empatía de la
familia el individuo organiza un nuevo orden interno que lo lleva a actuar de manera más
efectiva con una dirección elegida de manera responsable.
b) Congruencia: En cuanto las personas pueden contactar con la realidad de manera
integrada, basándose para ello en su propia experiencia: sentimientos, pensamientos,
intenciones, sensaciones y conductas. Dan un orden interno y externo a su experiencia
personal y familiar. Así, con una experiencia personal propia y congruente, el sujeto se
desvincula de aquello que no es suyo, que no es su propia experiencia, que corresponde a
otras personas y situaciones y que en la dinámica familiar sistémica se explica para
corregirse o modifica desde el funcionamiento centrado en la congruencia de las personas
que integran la familia.
c) Aceptación Incondicional. El amor del niño hacia sus padres es incondicional y a
toda prueba, y además son capaces de dar su propia vida por su felicidad, por rescatarlos
o modificar situaciones o destinos que les corresponden únicamente a los padres, pero que
el niño con su amor y su pensamiento mágico quiere y hace todo lo que es capaz de hacer
(hasta renunciar a la propia vida y la propia felicidad) para lograrlo, quedándose la mayoría
de las veces atado a una situación de vida que le evita vivir la propia vida. Reconocer y
convertir en una fuerza actuante y actual ese amor bueno que ha desviado la dirección de
la propia vida, es uno de los más importantes objetivos a lograr para llegar a la solución
buena. La aceptación incondicional al sujeto le permite experimentarse de la manera en
que un ser humano requiere para lograr el desarrollo óptimo y la capacidad de relacionarse
y convertir una misión personal en un destino amoroso
Guadalajara, Jalisco. México Guadalupe Ramírez Bustos ha integrado el enfoque de
Constelaciones Familiares (CF) a su práctica profesional. Directora del Centro Shanti en
Guadalajara, México desde 2002. Es Psicóloga por la Universidad ITESO, tiene especialidad
en Psicoterapia Gestalt y Subespecialidad en parejas, Master en Programación
Neurolinguistica, Diplomado en Hipnosis Ericksoniana,. Ha asistido a los talleres dirigidos
por Bert Hellinger en México y en diferentes países aunque se ha especializado más en el
tema de Constelaciones Familiares con Harald Hohnen Director del Instituto Bert Hellinger
de Berlín.Imparte talleres a en Constelaciones Familiares en distintas ciudades.
En su experiencia laboral ha sido titular del programa de radio Salud Contagiosa 1280 AM
Radio Fórmula y anteriormente del programa Revive Radio Fórmula.
Colaboró en Clínica del Dolor actualmente Instituto de Dolor de Jalisco de 1996 al año
1999 del Hospital general de Occidente.
Formó parte de la asociación Mexicana para la Evolución del niño en sus escuelas Niños
Triunfadores. Participación en el Congreso de Desarrollo Humano Marzo 2004
Mar del Plata, Argentina. Actualmente imparte el curso de Psicoterapia a los médicos en la
especialidad de acupuntura en el Colegio Superior de Acupuntura.
Apresentado no XII Encuentro Latinoamericano del Enfoque Centrado em la Persona
17 a 23 de abril de 2005 – Balneário Sólis – Uruguai